martes, 10 de enero de 2012

Carta de un funcionario

Con el permiso de No hay pan para tanto chorizo

Me presento: Soy médico (perdón)
Sí lo siento, me arrepiento, soy médico y por ello tengo que pedir perdón.

Pido perdón no sólo por ser médico, mi delito es aún más grave, soy médico y ¡¡funcionario!!, soy lo peor de lo peor.

Mi problema es que he estado equivocado durante mucho tiempo: Tuve que sacar buena nota en selectividad, estudiar una carrera dura, aprobar una oposición para acceder a la especialidad, completar mi formación como especialista sirviendo como mano de obra barata, y finalmente (de momento) preparar otra oposición y aprobarla para acceder a una plaza fija en la sanidad pública. Yo a esto lo he llamado durante mucho tiempo "esfuerzo", "sacrificio"..., palabras malsonantes, con connotaciones negativas hoy en día. Afortunadamente nuestros próceres y medios de comunicación ya se han encargado de sacarme del error, no es "esfuerzo", no es "sacrificio", de lo que estoy hablando es de "privilegio".

Ahora soy mucho más feliz, ¡soy un privilegiado!, pero me han dicho que pida perdón por ello, que la gente está muy susceptible con eso de que todos los meses me levante (como el que no quiere la cosa) 1153 euracos de sueldo base. Que ya quisieran muchos tener una plaza fija y que soy un afortunado.

La verdad eso de ser un "afortunado" sí que me fastidia un poco, porque hace entrever que la suerte ha tenido algo que ver en mi carrera, a mí me gusta más lo de "privilegiado". Sobre todo mis ojos hacen chiribitas de placer cuando me lo dice un ministr@ de sanidad (ponga el lector la cara ó el nombre) cuyo principal mérito ha sido escalar posiciones en un partido político, pero claro, es que eso del esfuerzo está tan demodé como la propia palabra demodé.

Yo soy buen chico y obediente, y si mis jefes y los medios de comunicación me dicen que soy un privilegiado y que tengo que pedir perdón por serlo, pues yo voy y lo pido. Y que si tengo que hacer un esfuerzo porque soy un privilegiado, pues venga que por mí no quede, que me bajen el sueldo. Y ya puestos, que si puedo trabajar dos horas más a la semana, que al fin y al cabo ¿que son dos horas cuando hay tanta gente en paro?, pues venga que vengan horas.

Lo único que me fastidia (un poco) de lo de ser un privilegiado es que ya me han dicho en el sindicato que ellos no defienden a privilegiados, pero bueno, antes de serlo tampoco hacían mucho por mí, así que tampoco los echaré de menos.

Pido perdón, pero no por ello me rindo. Estoy enamorado de mi trabajo y en ocasiones hay resquicios de luz que sirven para mantener la llama durante tiempo. Hace poco leí en un blog experiencias de médicos con pacientes (no clientes), que les habían emocionado. Todos tenemos alguna de ese tipo y es lo que hace grande a nuestra profesión, yo compartiré con vosotros una de las mías:

Hace ya unos añitos trabajaba en una Unidad de Reanimación de Cirugía Cardiaca, tuve ingresado a un paciente durante meses, la primera semana completa con una asistencia biventricular. El paciente pasó por varios episodios de shock cardiogénico, SDRA, shock séptico, etc. Cuando por fin pudo irse de alta me dio su tarjeta de visita, por detrás con letra temblorosa solo había escrita una frase:

"Gracias por hacer posible la Navidad"

5 comentarios:

  1. A veces la ironía no deja de ser una cruda realidad.
    A mi me gustaría conocer los sueldos de todos aquellos que cobran del Estado. También el número de consejeros, escritores de discursos, chóferes con subvenciones… el motivo de que las obras publicas, tanto estatales como municipales, se desvíen de los presupuestos iniciales, la causa por la que los que llevan una Caja a la quiebra no son castigados etc. etc.
    Salu2.

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  2. Y es que ser médico es (o debiera ser) una vocación, por muchas injusticias que se sufran, por muchos descréditos que se padezcan una simple frase como la que finaliza el escrito justifica todos los sacrificios.

    También la sociedad deberíamos saber valorar la aportación de los médicos, como de los maestros... en esta sociedad

    Besos

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  3. Alfredo, hay mucha basura que, gracias a la pasión de unos pocos que cada vez somos más, está saliendo a la luz, ahora solo hace falta que los que cierran los ojos con fuerza dejen de hacerlo. Un saludo,

    Sese, vocación o no, cuando tienes a parte de la opinión pública en tu contra, jode. Sigue mereciendo la pena, pero jode mucho. Besos

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  4. Mi admiración para todxs esas personas que luchan para los demas por amor a la profesión tan noble como la suya,los privilegiados son otros.ÁNIMO

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  5. Gracias, Jorge, por pasar por aquí y dejar tu huella, por tu solidaridad y comprensión y por estar en la lucha.

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